Los
padres, muchas veces, no están al tanto de que algunos de sus comportamientos o
conductas pueden generar una vida de fracaso y mal vivir a los pequeños. Se
escucha, frecuentemente, que no es bueno y nada efectivo gritar o pegar a un
niño en casa. Pocas veces se explica el porqué. Por ello, hoy, ahondaremos en
los posibles daños de cierta clase de comportamiento por parte de los padres.
Antes, una pequeña explicación de cómo funciona la sociedad y cómo el cerebro
asimila estos patrones.
LA BELLEZA Y LA CONFIANZA
Estados Unidos, Universidad de Harvard, presentación de la investigación de Nicholas Christakis y James Fowler. Se crea un llamativo juego virtual y a cada uno de los participantes, gamers, se les entrega un avatar. Algunos de los personajes virtuales dados se le creó con una escala de belleza, que podía ser superior o menor en comparación con los demás. El resultado: los avatares más bellos empezaron a moverse con mayor comodidad y seguridad por todo el mapa del juego. Los otros avatares requerían de otros planes, como quedarse en su territorio.
Igual
que en la realidad virtual, la belleza que socialmente es acreditada a una
persona genera que esta se mueva con más confianza por el mundo. Desde la erradicación
de la sociedad de capitalismo industrial y la llegada del capitalismo de
consumo, la veneración al cuerpo y las características físicas transformaron la
conducta del ser humano, lo que ocasionó que, en países como Argentina, se
registren hasta ocho millones de cirugías anuales de mejoramiento de imagen y
un incontable presupuesto gastado detrás de estas.
LAS ESTRATEGIAS PUBLICITARIAS
Algunos especialistas recalcan que las estrategias publicitarias contemporáneas están dirigidas directamente a causar una reacción en la amígdala cerebral. Esta parte del cerebro, la emocional, es la que el ilustre Sigmund Freud señalaba como la parte más irracional del comportamiento humano, que es altamente influenciada por estímulos sexuales. Todo ello quiere decir que el concepto de buscar la belleza a cualquier precio es un trabajo de muchas marcas de empresas desde mediados del siglo pasado, cuando se descubrió la publicidad emocional.
LOS HÁBITOS A ELIMINAR
Por
obvias razones, entonces, es incorrecto hacer sentir, de alguna manera, a vuestro hijo que carece de belleza simétrica o
que se encuentra tipificado como cosméticamente diferente. Cualquier comentario
que encierre ese veneno generará, en el pequeño, un comportamiento poco
adecuado para el desenvolvimiento que se requiere en un siglo de extraversión
competitiva.
